El proceso de galvanización en caliente permite obtener un revestimiento continuo de zinc metálico, sobre la estructura metálica, mediante la inmersión de éstas en un baño de zinc fundido a 450 – 500°C aproximadamente.
Durante esta inmersión se produce una reacción metalúrgica entre el acero y el zinc, que da lugar a la formación de tres capas intermetálicas y una externa de zinc puro, logrando una “protección total”.
El revestimiento galvanizado está unido metalúrgicamente al acero base, lo que crea un recubrimiento cuya adherencia es superior a cualquier esquema de protección de resinas epoxi.
El principal objetivo de este proceso es evitar la corrosión sobre el hierro o acero, que pueden ocasionar la humedad y la contaminación ambiental. Este proceso se ha afianzado como el más fiable y económico para la protección total del hierro y acero frente a la corrosión.
Los recubrimientos galvanizados se corroen en un índice más lento respecto del acero (18 veces) y hasta 80 veces en ambientes agresivos.
Ventajas y beneficios
- Larga vida útil
- El hierro/ acero galvanizado por inmersión en caliente tiene una vida útil que oscila entre los 5 y los 50 años sin presentar óxido, según el ambiente al que se exponga.
- Bajo costo
- En función de la vida útil, es el recubrimiento más económico y duradero para la protección del hierro/acero.
- Cero costo de mantenimiento
- Con este proceso, se evitan difíciles y costosas tareas de reparación.
- Resistencia de capa
- El galvanizado por inmersión en caliente forma una aleación “Zn+Fe” muy resistente a los golpes, rayones, transportes y movimientos en general.
- Protección total
- Cada pieza galvanizada queda protegida tanto en el exterior como en el interior, en bordes filosos y en rincones o zonas de difícil acceso, impidiendo el paso de humedad y la aparición de corrosión.